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Probablemente
a todos nos pasa que al hacer un recorrido visual por la casa encontramos
muchos objetos, de esos que “tienen historia”, en general, heredados de padres,
abuelos, tios y con cada uno de ellos recordamos vivencias, anécdotas y lo más
importante, a seres queridos que hoy ya no están aquí, pero… ¿Qué heredamos?
Muchas
veces son cosas materiales, dinero, casas, fotos, objetos (en algunos casos
también deudas) pero más que nada heredamos recuerdos, vivencias, experiencias,
nombres, el apellido, y ante todo, genes.
Algunos pueden sentirse culpables al alegrarse cuando reciben una herencia, porque en definitiva, obtenemos ese legado por el fallecimiento de un familiar, sin embargo, una cosa es el proceso del duelo, y un regalo, no es más que eso… un regalo. Un “objeto”, que esa persona que se fue, quería que nosotros conservemos y cuidemos.
Muchas veces los objetos heredados, nos sorprenden, no sólo por su valor monetario, sino porque nos cuentan cosas de esas personas, por ejemplo:
·
Lugares
que visitaron y no sabíamos,
·
Regalos
que le hicieron personas que nunca escuchamos nombrar,
·
Fechas
de acontecimientos que desconocíamos
·
Cosas que ellos mismos heredaron de sus
antecesores y que finalmente, llegan a nuestras manos.
Debemos
estudiarlas minuciosamente, para descubrir las historias que nuestros seres
queridos nos cuentan a través de ellas, y saber que conservarlos bien y
cuidarlos es nuestra tarea fundamental, y el deber que tenemos para con
nuestros ancestros y principalmente, para las futuras generaciones que los
heredaran.
¿Y, ustedes heredaron algo, alguna vez?
¿Descubrieron historias a través de herencias?
Maru Jelencovich
*Imágenes: Maru Jelencovich
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