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Para quién
hace genealogía, encontrar un baúl con cartas y documentos familiares es el equivalente a
ganarse la lotería. Hace varios años, vaciando la casa de un tío, encontré
un viejo diccionario croata-español y junto con el, unas cuantas cartas con
sello postal de Yugoslavia. El paso del tiempo se veía a simple vista, estaban
amarillentas, arrugadas e incluso un poco rotas. Me las lleve preguntandome
donde podría encontrar a alquien que hablara croata para que me descifrara sus
secretos. Quedaron en un cajón largo tiempo, hasta que tuve la idea de buscar
en una guía actual una de las direcciones, que figuraba en el remitente de una
de ellas.
Buscar en guías actuales parece anticuado pero es efectivo para localizar grupos de gente, no sólo cuando se cuenta con un documento fehaciente como una carta sino también para buscar apellidos de nuestra familia directamente. Algún pariente, aunque quizá lejano, todavía viva en el lugar y responda. Lo más conveniente es enviarlas en el idioma del receptor, si no lo hablamos, nos podemos valer con traductores en línea, que traducen al instante y de manera gratuita cualquier texto.
Cada país
tiene sus propias guías telefónicas, y a la mayoría de ellas, se puede acceder
por internet y realizar una búsqueda online.
Algunas de ellas son, por
ejemplo:
·
Reino
Unido: http://www.thephonebook.bt.com/publisha.content/en/search/residential/search.publisha
El correo postal, ya casi en desuso,
sigue siendo, aun hoy en nuestra era digital, una herramienta muy útil. Nada
tan lindo y emocionante, como un día cualquiera abrir el buzón de casa y encontrar allí,
esperando, una carta de alguien con quien tenemos lazos en común.
¿Y ustedes, se animarían a enviar una carta a un desconocido?
¿Lo hicieron y tuvieron respuesta?
¿Se animarían a hacer uno?
Maru Jelencovich
*Imágenes: Maru Jelencovich
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